En este momento una mujer que no llegué a conocer, está muriendo.
En el dolor de su hijo y en la angustia que mi hija comparte, leo la fragilidad de la vida.
Estamos llamados a estar por un tiempo, de prestado transitamos la vida que creemos nos pertenece.
Todo haría pensar que nuestra responsabilidad primigenia es ser feliz y sembrar amor en quienes nos rodean, sin embargo... ¿por qué cuesta tanto?
Por qué siempre falta "algo"?
Quisiera poder acostarme esta noche, entregar mis anhelos al cosmos como ofrenda sagrada y que se derramen en bendiciones para mi y los míos.
Que una lluvia dorada bañe toda la faz de la tierra y se haga en ella el plan de amor que el Maestro pensó.
Que broten semillas de pureza y los niños rian con sus vocecitas claras.
Que la risa borre el llanto, que crezca la fé y habite -definitivamente- en nosotros, la paz.
2 comentarios:
Me gusto mucho el poema.
No lo conocia.
Un saludo.
Nahuel
Hola amigo: quería invitarte que visites el blog que estoy realizando con mis alumnos de segundo año de la secundaria sobre LA DISCRIMINACIÓN.
http://nodiscrimine.blogspot.com
Tema arduo e interesante.
Seguro será de tu agrado.
Tu aporte será valioso
Un abrazo desde Adrogué, Buenos Aires, República Argentina.
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