La relajación es un proceso mediante el cual nos liberamos de todo tipo de tensiones, molestias, malestares o fastidios que hasta el momento teníamos. Existen diferentes formas de relajación pero básicamente consisten en masajear mentalmente todos los músculos del cuerpo, los órganos y sistemas del cuerpo, manteniendo una respiración lenta, tranquila y profunda.
Para practicarla hay que tomar una posición cómoda con la columna recta, ya sea acostados o sentados.
PRACTICA: Cerrar los ojos y a mantener la respiración lenta, tranquila y profunda, inhalando y exhalando por la nariz.
Visualizamos como desde lo más profundo del Universo llega una luz blanca que empieza a envolvernos y a crear una cúpula o esfera de luz a nuestro alrededor, protegiéndonos y llenándonos de energía
Sentiremos como las energías positivas llegan a nuestra cabeza y comienzan a descender hacia los pies, cubriendo todo nuestro cuerpo, cargándolo de energía,
salud, paz y armonía.
Vamos a visualizar los pies y vamos a masajearlos mentalmente como si los estuviésemos masajeando con las manos.
Masajeamos los dedos, los tobillos, plantas y empeines, y sentimos como dichas partes de nuestro cuerpo se relajan, se liberan de tensiones.
Vamos a ir ascendiendo por nuestro cuerpo y centramos nuestra atención en las pantorrillas, en las rodillas y los muslos, los cuales los masajeamos mentalmente y los relajamos. Relajamos asimismo los glúteos y las caderas. Y nuestro cuerpo desde la cintura hacia los pies se libera de tensiones y sentimos un agradable calor que envuelve dichas partes de nuestro cuerpo visualizándolos en una luz blanca. La luz blanca es la luz de la ascensión, de la armonía, de la pureza.
Seguimos ascendiendo por nuestro cuerpo y vamos a relajar los órganos internos, relajamos los órganos sexuales, los riñones y todo el aparato digestivo, relajamos los intestinos, el estómago, hígado, páncreas.
Vamos a soltar nuestro pecho, nuestra espalda, imaginamos como si con nuestras manos frotáramos dichas partes de nuestro cuerpo, envolviéndolas en una reconfortante energía de luz. Mantenemos la respiración lenta y profunda y relajamos nuestro corazón.
Masajeamos ahora los pulmones, los frotamos de modo que limpiamos sus paredes de cualquier contaminación y acumulación de energía negativa. Vamos a respirar aprovechando toda la capacidad de los mismos, inhalamos lentamente por la nariz...
Nuestros brazos caen por su propio peso, visualizamos nuestros hombros y les damos un masaje mental, relajamos los brazos, antebrazos y manos liberándolos de cualquier tensión y molestia.
Y toda la parte media de nuestro cuerpo está envuelta en una agradable luz blanca y nos sentimos cada vez más tranquilos, más sueltos, en paz, en armonía.
Relajamos ahora nuestro cuello y nuestra nuca, soltamos la garganta y la liberamos de tensiones. Seguimos ascendiendo y relajamos los músculos de nuestro rostro. No hay tensión en nuestros ojos, y relajamos los labios, boca, nariz, oídos. Masajeamos mentalmente el cuero cabelludo y toda nuestra cabeza se llena de una luz blanca muy hermosa.
En este momento estamos totalmente relajados y envueltos en luz blanca brillante. Todo es paz, todo es armonía en nuestro interior y exterior, es conveniente decir una afirmación, por ejemplo:”Yo soy la energía perfecta de Dios obrando en mi” o bien “Yo soy paz. Yo Soy Salud. Yo soy abundancia de toda cosa buena obrando en mi”
Extraído de Rahma es Amar
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