El papá y la mamá totalmente ocupados atendiéndola.
Abuelos y tíos compiendo por tenerla en brazos.
La casa cambió: se ven juguetes por todos lados, sonajeros, móviles, ropita, pañales...
Tanto amor y dedicación no puede menos que traerme a la reflexión el tema de las diferencias.
Muchos niños son esperados con tanta alegría como ella y cuentan con una familia que los cobija, sin embargo pienso en otros, niños que han venido al mundo en situación de vulnerabilidad, de carencia económica y/o afectiva.
Mucho se habla de la igualdad de oportunidades, concepto superado por el de igualdad de posibilidades que es más abarcativo, más amplio, superador.
Me pregunto: Qué pasa con esa mamá jovencita que ama a su niño, pero no consigue trabajo porque no ha completado sus estudios, en un mundo laboral tan competitivo y exigente ?
Con el papá que tiene trabajo temporario, cuentapropista, que suele pasar por períodos de baja laboral que -obviamente- repercuten en los ingresos familiares?
En los niños, que ven la televisión -exactamente igual que cualquier otro niño- y son bombardeados permanentemente para que consuman determinado juguete o golosina...?
Ayer, mientras esperaba el transporte colectivo para ir a mi trabajo, me crucé con un hombre que manejaba un carro tirado por un caballo. Se dedicaba a recoger cartones y botellas, separando con cuidado unos de otras. En un rincón bien protegido pude ver un asientito y en él una criatura.
Me pareció que era una niña.
Se notaba que quién supongo el padre, la cuidaba con esmero, sin embargo la pequeña viajaba rodeada por una pila de diarios, cartones y botellas recogidos de la calle.
Cómo ven el mundo los niños que viajan en un carrito?
Cuáles serán sus sueños más queridos?
Qué herramientas eficaces adquirirán para hacerse un lugar en la vida?
Por supuesto han de desear las mismas cosas que cualquier otro chico: una barbie, la colección completa del héroe de moda, tacos altos, vestiditos de princesa, perfumes, su propio cuarto en el que poder pegar sus figuritas, una play, una computadora... conexión a internet...
Qué pasa en la cabecita de esos niños que le han robado la infancia y en lugar de ir a la escuela o jugar, están trabajando, repartiendo imágenes de santos que cambian por una moneda, la más de las veces dejada caer de la mano, sin mirarles a los ojos?
(y estoy refieriéndome a un sector de chicos carecientes en lo económico, no me atrevo a pensar en las necesidades afectivas)
La idea no es cargar las tintas sobre el gobierno o los planes sociales, sino simplemente suponer lo que les pasa y tratar de hacer algo positivo.
Un gesto que sume.
Una palabra que acerque.
Una sonrisa que reconozca.
Unos ojos que miren.
Nació Ariadna y todo es lindo, sin embargo, a veces, en medio de tanta alegría se puede sentir pena.
Eduardo Galeano lo expresa así: Los Nadies
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
La pintura realizada por mi amigo José Curia se llama "A esta hora exactamente"
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