Como no hay mal que dure cien años y siempre que llovió paró, según la sabiduría ancestral, motiva esta entrada dos pequeños hechos que son magníficos por su dimensión.
Cuento, cuento:
El primero es posterar una fotografía de mi abuela con sus casi 99 años, con Ariadna en brazos con sus -apenas- dos meses.
Realmente muy conmovedor.
Realmente muy conmovedor.
El segundo, es contarles que hace un ratito se descargó una lluvia tremenda con granizo y que yo -me tildarán de grandota- me pongo muy nerviosa, me angustio, porque las tormentas traen a mi mente el recuerdo de otras, en las que lo he pasado muy mal.
Una persona que me conoce -y me quiere- suponiendo justamente mi estado de nerviosismo me llamó, simplemente para saber cómo estaba, para darme contención. Me sentí acompañada y la noche se hizo más llevadera.
Los pequeños actos hacen a la vida maravillosa.
En los pequeños gestos se pueden apreciar los sentimientos.
Esto, que puede parecer una nimiedad en realidad no lo es, es un sentimiento muy profundo... Gracias por estar!
4 comentarios:
lo pequeño y hasta diminuto puede ser lo mas grande besitos maria
Hermosa foto! Realmente emotiva... Qué maravilla la vida...!
Un beso jardinero...
No creo en absoluto en la mimiedad en los asuntos que competen con el sentimiento de amistad, donde tan solo una llamada hace que nos sintamos mejor, aun estando mal, esas pequeñas grandes cosas que alegran nuestro corazón, son aquellas que no deberíamos olvidar ni dejar de usar, preciosa fotografía, desborda cariño por los cuatro costados, viendola siente uno que no todo lo tenemos perdido, que aun existe la magia...
¡La foto es muy emocionante y tu abuela una genia total!
Me alegro de que tuvieras contención en la Tormenta, para eso están los amigos.
Besos
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