jueves, 29 de abril de 2010

Hoy es uno de esos días

En que me siento... ¿cómo explicarlo? cansada,  de un cansancio que deviene en falta de ilusión o -lo que es peor- de sentir que las utopías tal vez no  tengan demasiado sentido.
-Qué querés, me dice mi hija con su lógica aplastante, trabajás en el estado...
y yo quisiera poder explicarle de alguna manera convincente, que allí es justamente donde siento que la labor tiene sentido. Que si no creyera -con todas mis fuerzas- que la cosa puede cambiar, no tendría sentido la vocación.
Que sin la vocación (docente) yo no sería yo, habría que pensarme diferente, otra Alicia y -en ese caso, reitero- no sería yo, sino apenas un esbozo de alguien que se quiere parecer a mí, pero no puede.
Tal vez sea que me estoy poniendo grande....
Ronda en mi cabeza aquel poema de García Gimenez, que mi gran amigo Héctor me recitara con su manera tan particular de decir y sentir la vida

"Hay días que dan ganas de abandonar
la pose,
tomarse el piro, macho, sin decir ni ¡salute!
Dejar atrás la rua, embutirse en el sute,
y...fumándose un buen faso,
rumbear para Lacroze.

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