jueves, 17 de julio de 2008

Este sabor de lágrimas

Gris y más gris. No estás, y yo estoy triste
De una tristeza apenas explicable
Con palabras, y de una imperturbable
Soledad, que por ti nace y existe.
Siempre de gris, mi corazón se viste:
Polvo y humo, ceniza abominable
Y la envolvente bruma irrenunciable
Que estaba ayer. Y hoy. Y que persiste.
Gris a mí alrededor. Contra mi mano
La nube espesa se va abriendo en vano
Porque el fuego que soy, no está encendido
Y hay niebla en lo que miro y lo que toco.
Ah, yo no sé... Tal vez te odio un poco
Porque está gris y llueve y no has venido.

El maravilloso poema de Julia Prilutzky Farny describe con una exactitud pavorosa lo que estoy sintiendo en este momento, en el que el gris me envuelve.
La cotidianeidad me resulta hueca y sin sentido, me falta tu color, tu calor.
Sentada, frente a la ventana de mi alma, miro hacia el cielo y espero.

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