viernes, 3 de octubre de 2008

La justicia de Dios (o por qué mueren los pollitos)

Hace un tiempo que me asaltan recuerdos de mi niñez, aquellos que por tan lejanos había olvidado. No recuerdo qué edad tendría, muy chica seguramente.
Mi barrio tenía calles de tierra, sin asfalto, con zanjas y ranas, sapos y bichitos de luz.
Las casas estaban separadas unas de otras por alambre tejido, y en el fondo, la mayoría tenía un gallinero.
Nuestra casa era como tantas... un árbol de durazno brotado de un carozo, un limonero de cuatro estaciones, la higuera, y el Paraíso que le brindaba a mi mamá la posibilidad de cortar una ramita, limpiarle las hojas y usarlo para pegarnos en las piernas cuando no obedecíamos. Y cómo picaba...!
En el fondo convivían un viejo perro: el Bucki y las gallinas.
Yo les tenía miedo a ésas aves por la mirada tan fija, dura, que parecían no pensar en nada. El gallo solía ser bastante altanero, había que tener cuidado de que no picara.
Las gallinas parecían seguirme con sus inquisidores ojos amarillos, acompañando cada movimiento con ese cloquear que tengo grabado a fuego en la memoria.
La sensación de temor que me producían se borraba cuando nacían pollitos, por supuesto.
Era realmente un milagro verlos romper el cascacrón y luchar por ganarse uin espacio en la vida. Tan amarillitos, tiernos, con sus sonidos armónicos y su afán por seguir todo lo que se moviera delante de ellos.
Si hasta en algún momento jugué con confundirlos para que crean que era su mamá...!!!
Cierta vez nació un pollito con el cogotito retorcido. Yo lo asistía permanentemente para que pudiera comer y con eso asegurarle la vida.
-Dejalo, ese pollo se va a morir, me dijo mi mamá ¿no ves que nació deforme??
Ah..!! cuánto dolor en mi corazón. Yo había tocado los huevos a escondidas...
¿sería la culpable de tal deformidad? sería la culpable de tal sentencia?? el dolor era muy grande, tanto que dentro mío nacía una pregunta, insistente, rebelde, dolorosa: ...si Dios existía de verdad ¿por qué permitía que ese ser inocente sufriera? Por qué debía morir por falta de alimento? por qué permitía que naciera con defectos? por qué si él, por ser Dios, debería ser compasivo, por excelencia??
Muchos años han pasado.
Algunas preguntas, aún hoy, no tienen respuesta.

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