martes, 15 de julio de 2008

me duele el alma

Cuando el dolor es tan grande parece no caber en una palabra, parece que desmadra al corazón, o se agolpa en la garganta. Cuando el dolor es tan tenáz, tan recurrente, parece que las lágrimas rebalsan de los ojos y desbordan las mejillas. Mis manos aún te buscan, no se resignan a tu ausencia. Mi piel espera a la tuya, a tu aroma, a tus ansias.
Cuando el dolor es tan grande no me atrevo a aceptar, ni a preguntar. Sólo espero. Algo dentro de mi muere mientras yo espero, un milagro -tal vez- pero siempre espero

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